El rostro infantil de los deportados - El Mensajero

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miércoles, 13 de diciembre de 2023

El rostro infantil de los deportados

 

La fotografía de este trabajo periodístico es cortesía de las Naciones Unidas

Migrar no es delito es un derecho humano.

Desde 1948, el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, reconoce “el derecho de toda persona a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”.

La libre circulación está supeditada a la protección de Estado-Nación que se configura en políticas migratorias. (MAIRENE TOBÓN OSPINO. Migrar no es un delito. Latinoamérica 21. DICIEMBRE, 2021).

El torrente humano que transita por los caminos de América Central y México en busca de un mejor destino, desemboca en los Estados Unidos.

Si nos atenemos solo a las cifras que publican los estados, nunca descubriremos una parte pequeña del verdadero drama que viven los migrantes.

Tanto los medios masivos de comunicación como las instituciones públicas ponen velo (“tapaojos”) a una realidad espantosa actual. Las formas en que nuestros países en crisis expulsan a sus mejores hijos de cara al futuro. Es una vergüenza aceptar que miles de compatriotas, se ven obligados a huir de su tierra natal cada día.

Pero, aunque arriba queda escrito, migrar es un derecho humano fundamental, según los instrumentos humanitarios globales, los gobiernos criminalizan ese derecho.

En este punto es donde se ve que la hipocresía es un mal espíritu que siempre se anida en el corazón de los gobernantes de los estados. Por una parte, acuerdan, suscriben y ratifican instrumentos internacionales de aplicación obligatoria para proteger los derechos humanos y por otra los conculcan abiertamente.

En las constituciones políticas establecen garantías individuales y sociales, pero con reglamentos y leyes secundarias aplican la fuerza coercitiva del Estado, con medidas punitivas cada vez más sofisticadas.

Bueno y todo lo hacen amparados en la absurda y arbitraria doctrina de seguridad nacional, que adquiere categorías por encima de los derechos de la persona humana.

El supuesto es proteger los intereses nacionales, no de amenazas externas reales, pero sí de los que huyen del hambre, la violencia y la miseria.

De ser garante de la vida, el Estado a igual que los consorcios criminales, se convierte en violador principal de las declaraciones que ratifica en el concierto de naciones.


¿Y las divisas?

Tal parece que el único interés de parte de las administraciones públicas en torno a los migrantes; gira alrededor de las remesas. En el caso de Honduras existen registros del ingreso de 8,682.2 millones de dólares estadunidenses solo en el año 2022. Un incremento del 17.8% más que en 2021. Se reporta que el 80% de las remesas vienen desde los Estados Unidos. Las remesas en Honduras representan un 20% del Producto Interno Bruto (PIB).

Con las remesas que son utilizadas para equilibrar la balanza de pagos por parte del Estado, sobreviven los familiares de los migrantes que las envían.

Datos del Seminario de Niñez Migrante Honduras, indican que el 35% de las remesas son recibidas por las madres de familia.

Después los hijos, cónyuges, padres, tíos, abuelos y primos reciben porcentajes menores. Esta instancia informa que el destino final de los envíos de divisas extranjeras, se gastan en alimentación, servicios de salud y en educación.

Recientemente investigadoras académicas del Seminario Niñez Migrante México visitaron Honduras para ayudar a visibilizar el drama humano que sufren los niños retornados procedentes de los Estados Unidos.

Este organismo adscrito al Colegio de Sonora, México; dirigido por la doctora Gloria Ciria Valdez Gardea, atiende niños, niñas y jóvenes retornados, proporcionándoles asesorías educativas y acompañamiento humanitario integral a infantes hondureños y centroamericanos.

Junto a la Dra. Sofía Calvo, presentaron en Olanchito, Yoro, una clara exposición del fenómeno que involucra la reinserción de los niños retornados, a los sistemas educativos formales.

La información fue compartida con decisores locales, docentes de educación media y universitaria, tanto de Olanchito, como de la Ceiba Atlántida.

Igualmente se socializo el tema en las universidades públicas UPNFM y la UNATEC DEL AGUAN.

El objetivo de empoderar a las autoridades de centros educativos con el tema de la reinserción en las aulas de clases a las víctimas más vulnerables de la deportación forzosa. Los niños, niñas y jóvenes adolescentes en edad escolar.

 Nos han enseñado que la indiferencia e inacción silenciosa de la sociedad y el Estado victimiza cruelmente a los más débiles. Los niños migrantes criminalizados, capturados, retornados, deportados.

Seguro es que, si los niños que abandonan sus estudios por huir del país, enviaran remesas, recibirían un poco más atención de parte del Estado.

Para cuando puedan hacerlo habrán corrido raudamente ríos de sangre y lágrimas del rostro infantil de los deportados.

Migrantes…no invasores

De nada sirve que líderes mundiales como el papa Francisco, haya declarado en su carta, Los migrantes no son invasores, su contribución enriquece la humanidad. «Su trabajo, su capacidad de sacrificio, su juventud y su entusiasmo enriquecen a las comunidades que los acogen».

Además, escribió el papa Francisco, en el Día Mundial del Migrante: “La inclusión de los más vulnerables es una condición necesaria para el Reino de Dios”. (Vatican News)

En ese orden de ideas hizo un llamado a los gobernantes y sociedades de los estados que: «Si queremos cooperar con nuestro Padre celestial en la construcción del futuro, hagámoslo junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados”.

Según informes de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF), 15,391 niñas, niños y adolescentes hondureños fueron retornados de Estados Unidos, México y Guatemala del 1 de enero al 12 de diciembre del 2022.

Si hemos de creer en los datos proporcionados por el país expulsor de migrantes Estados Unidos; 199,186 hondureños migraron entre setiembre del 2021 a noviembre del 2022.

 Del total que fueron capturados en la frontera sur de Estados Unidos, 51% eran niños y niñas. (Oficina de Aduana y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP).

Otra cifra escalofriante es la que publicó el Instituto de Migración de Honduras (INM); entre el 1 de enero al 30 de noviembre del 2022, ingresaron a Honduras 13,890 niños y 16 830 niñas migrantes

Tanto el Seminario de Niñez Migrante México como el organismo similar de Honduras, se han comprometido a visibilizar el fenómeno de los niños migrantes retornados. Así mismo a gestionar políticas públicas que faciliten la reinserción de los niños y niñas retornados en el sistema educativo nacional atendiendo todos sus derechos humanos.


Por: Guillermo Meza Ávila.

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